Cartas de Elisabeth d'Ornano
Carta 11.
Los niños se desarrollan en consecuencia de lo que somos los padres, somos un ejemplo para ellos. Desde pequeños los niños imitan a sus padres y aprenden a repetir lo que oyen y lo que ven. Por eso necesitan un trato respetuoso donde los padres deberían no ser invasivos con exigencias que no son realistas.
Se les pide a los niños que pidan perdón pero los adultos también deberían pedir perdón a sus hijos porque a veces nos equivocamos y no acertamos siempre en recomendar el camino adecuado que saque lo mejor de ellos.
Hay niños que van sobre ruedas, que son más fáciles de tratar y hay otros que tienen más dificultades y simplemente no pueden con lo que se les pide, pero no nos damos cuenta de que que son capaces de otras muchas cosas buenas.
Hay que aceptar al hijo que nos toque, escucharle y ver cómo se le puede ayudar intentando siempre ver sus virtudes. No se debe descargar la frustración de uno mismo alzando la mano sobre nadie porque se le está enseñando a los hijos a imitar hábitos inadecuados .
A su vez es muy importante poner limites que el niño sepa no puede traspasar cuidando la impulsividad y el riesgo.
Debemos ver en qué podemos mejorar como padres. Cuidar nuestros defectos y no descargarse en días malos ayudará a crear un ambiente adecuado que favorecerá la resiliencia. Esto es la capacidad de reponer el cerebro para estar bien tras un trauma.
Hay diferentes tipos de trauma, el que surge desde la gestación a través de las emociones de la madre , en un mal parto o en la primera infancia si el niño no recibe cariño a lo largo de su infancia y juventud. Una de las cosas que más cuesta es tener que cumplir con las exigencias escolares que frustran cuando no son las deseadas.
Si uno quiere, se puede fomentar un clima positivo a través de la apreciación hacia el otro, de este modo las personas involucradas pueden sacar lo mejor de ellos mismos.
Se deberían de consolidar las diferentes etapas del recorrido de crecimiento de los hijos hasta llegar a la relación en la edad adulta. Para ello hay que incluir para ser incluido y fijarse en las cualidades para querer y poder ser feliz. Un estado positivo saca lo mejor de todos y crea una dinámica que aporta seguridad porque se siente que uno esta haciendo las cosas bien.
“El día que entendí que lo único q me voy a llevar es lo que vivo empecé a vivir lo que me quiero llevar.” Cerrar ciclos con las personas es algo que te llevas y ser querido por tus hijos es un ejemplo. No dejar que las relaciones toxicas se aniden en la distancia sino ver lo bueno de la gente para que se vuelvan mejores personas.
Elisabeth d´Ornano